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AirFrance y el AirBus 330

AirFrance y el AirBus 330

A estas alturas todos conocemos el accidente de avión ocurrido hace un par de semanas en medio del Océano Atlántico, en el que un vuelo de AirFrance "desapareció" misteriosamente mientras se dirigía a París después de haber salido desde Río de Janeiro.

Enseguida se dio la voz de alarma ya que, por lo visto, el avión "desapareció" de los sistemas de control de vuelos. Mala señal. Se empezó a especular con la posible caída de un rayo, hipótesis que se descartó inmediatamente por aquellos con unos mínimos conocimientos de aeronáutica. Poco a poco, las noticias se han ido sucediendo y, muchas veces, contradiciendo unas a otras: que en esa zona los pilotos sólo se pueden comunicar por radio, que los aviones no llevan un GPS que vaya indicando su posición exacta en cada momento y de manera automática, que los aviones (según un portavoza de Iberia, que no sé qué pintaba en todo esto) son totalmente seguros,... y otras informaciones que unas veces parecían sobrar, y alarmaban más que otra cosa, y en otras ocasiones no hacían más que aportar mayor confusión.

Estos últimos días he leído que en el aeropuerto Charles De Gaulle si que se recibió una señal de "velocidad vertical". Más tarde, que Air France iba a acelerar el cambio de sus sensores de velocidad, pieza que por lo visto ya había provocado algún accidente por su estado defectuoso y cuya sustitución se debía a "una recomendación del fabricante que llegó el 16 de abril".

Hoy mismo, El País publica un artículo titulado El puzzle del Airbus empieza a encajar, en el que también apunta a esa famosa pieza como posible causante del accidente. La noticia se basa en informaciones de Le Figaro que indican que existían "contradicciones en los valores enviados por las sondas de velocidad del Airbus". Es decir, que el avión se internó en la tormenta sin saber a qué velocidad se movía. Si iba demasiado lento se podría haber desplomado, pero si circulaba con excesiva rapidez corría el riesgo de exponerse a demasiada presión y desintegrarse total o parcialmente en pleno vuelo, como parece que ocurrió.

Aunque las fuentes oficiales dicen que es demasiado pronto para sacar conclusiones, la dispersión de los cuerpos y el estado en que se encontraban también parecen apuntar en la misma dirección.

Sinceramente, me parece que ha habido, o se ha querido generar, mucha confusión en torno al accidente desde el primer momento. Por lo visto, ni la compañía aérea ni el fabricante quieren asumir las responsabilidades que les podrían salpicar. A pesar de que tienen contratados seguros que cubren este tipo de accidente (o quizás por eso), nadie quiere verse implicado en la tragedia.

Como siempre, las empresas privadas anteponen su reputación e intereses económicos a la seguridad y la búsqueda de la verdad. Lamentable.

1 comentario

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Del tema de AirFrance se dejo de hablar hace bastante tiempo y no se dio una explicacion oficial, asi que a saber que es lo que realmente paso..